En la edición de Julio, con motivo del bicentenario de independencia, en nuestra sección ‘Documento’ le rendimos homenaje a Policarpa Salavarrieta y quisimos que la imagen de ese tributo fuera la protagonista de la exitosa serie La Pola, la actriz Carolina Ramírez. Fuimos al set de grabación (en Barichara, Santander), el equipo de producción detuvo por unas horas su trabajo para que pudiéramos realizar estas imágenes históricas con la Caro-Pola. Para completar el homenaje le pedimos al historiador Jorge Cote, especialista en el tema, que nos escribiera un texto corto recordando la vida de nuestra gran heroína. Revista GENTE Colombia quiere compartir esas imágenes y ese texto con ustedes. (
Policarpa Salavarrieta fue el gran símbolo femenino de la lucha independentista. A pesar de su importancia, muchos datos de su biografía se desconocen. ¿Quién era en realidad la ‘Pola’?
A finales de septiembre de 1817, Alejo Sabaraín y un grupo de desertores de la guardia española fueron capturados en las inmediaciones de Gachetá (Cundinamarca) cuando se dirigían a los Llanos. Iban a unirse a las fuerzas insurgentes. En el momento de su retención, Sabaraín portaba unos documentos escritos por una tal Policarpa Salavarrieta a los líderes de las guerrillas. Así quedó identificada como miembro de la resistencia patriota.
De inmediato el virrey Juan Sámano ordenó la captura de esa mujer. Fueron días de búsqueda intensa, hasta que un mes después la detuvieron en la casa de Andrea Ricaurte y Lozano, en Santafé. De allí la la llevaron al Colegio Mayor del Rosario, que para la época fue adecuado como un frío calabozo. La ‘Pola’ estuvo allí hasta el 10 de noviembre de 1817 cuando la sentenciaron a muerte junto a ocho patriotas. Los delitos que le endilgaron eran severos: espionaje, deserción y colaboración en la fuga de reos.
No hubo contemplaciones con ella. Cuatro días después, marchaba hacia el suplicio. Policarpa, como lo recuerda un hermoso cuadro anónimo, caminó con dos sacerdotes, uno a cada lado. Ambos recitaban las oraciones de arrepentimiento que ella debía repetir, pero en un acto desafiante hacia la autoridad realista, se negó a hacerlo y en su lugar lanzó duras maldiciones hacia los españoles y hacia ese pueblo indolente que no era capaz de luchar por su libertad. Pocos minutos después, fue fusilada de rodillas. De esta triste manera terminó la vida de la principal heroína de nuestra independencia.
El mito de la ‘Pola’
Aunque su labor en la resistencia patriota durante el Régimen del Terror fue reconocida por sus contemporáneos y exaltada por los historiadores, aún hoy es muy poco lo que se sabe de ella. La mayoría de los relatos sobre su vida están basados más en mitos que en la realidad de los hechos históricos.
No hay claridad sobre el lugar y fecha de su nacimiento y tampoco sobre su nombre. Aunque la mayoría de los historiadores han llegado al acuerdo de que la ‘Pola’ nació en 1795 en la población de Guaduas (Cundinamarca), muchas otras versiones señalan que posiblemente fue en Mariquita, Villeta, Tabio o Tuta, entre los años de 1790 a 1796. En cuanto a su nombre, algunos documentos encontrados señalan que su padre la llamaba Polonia, pero otros vestigios históricos muestran que su hermano Bibiano y sus amigos más allegados la llamaban Policarpa. Un salvoconducto falso da a entender que, por lo menos en 1817, la gran mayoría de personas conocían a la ‘Pola’ con el nombre de Gregoria Apolinaria.
De lo que sí hay certeza, es de que la ‘Pola’ hizo parte de una familia acomodada pero que no poseía ningún título de hidalguía. Su padre se llamaba Joaquín Salavarrieta y su madre María Ríos. Tenía ocho hermanos. A principios del siglo XIX la familia se trasladó a Santafé y poco después los padres y dos hermanos murieron por la epidemia de viruela que para entonces azotó la ciudad. Huérfana, regresó a Guaduas donde se convirtió en costurera.
Después de la reconquista española en 1816, la ‘Pola’ y su hermano Bibiano se involucraron con la resistencia patriota en donde conocieron a los líderes guerrilleros Ambrosio Almeyda y José Rodríguez, quienes en 1817 los enviaron a Santafé a realizar labores de espionaje, reclutamiento de hombres y compra de armamento. Una vez en la ciudad, la ‘Pola’ utilizó su oficio de costurera para desde allí aportar a la lucha. Mientras atendía a sus clientas, hijas y esposas de importantes españoles de la ciudad, escuchaba informaciones sobre el movimiento del Ejército Realista, las cuales enviaba a los guerrilleros de los Llanos.
Durante esos años, la ‘Pola’ conoció a Alejo Sabaraín, su más cercano compañero de insurrección y, según algunos historiadores, su único amor. El mismo personaje que sin querer puso al descubierto sus actividades subversivas y dio pie a su fatídico final a manos de los implacables españoles.
Fuente: revista gente